Mi viaje a Corea I. Get the money!

Se me hace extraño poner entradas personales ya que esto es un blog de estudio pero siempre os animo a que os presentéis y que así nos conozcamos mejor. Predicaré con el ejemplo.

Si me seguís por twitter seguro que ya sabréis más cositas sobre mi ya que es tanto mi twitter personal como el del blog. Un día me tocará separarlos, lo sé.

Bueno en esta entrada lo que quería contaros es un poco sobre mi viaje a Corea y cómo logré cumplir ese sueño.

Cuando empecé a estudiar coreano ni siquiera me lo planteé como meta. Tenía planeado un viaje por Italia y Grecia por un mes o ir a Brasil de viaje de capoeira, así que estaba ahorrando para ello. Suelo ir paso a paso y hasta que no cumplo con uno no planeo otro, por ello Corea no era una opción.

Sin embargo vinieron tiempos difíciles. Hubo que hacer reforma estructural de la finca y mi madre nos dijo que iba a necesitar nuestra ayuda... todo mi dinero ahorrado ya no era mío.

Mis hermanos trabajan más que yo, así que para cumplir con la ayuda tenía que seguir trabajando como hasta entonces sin gastar nada de nada. Mi madre nos dijo que cuando lo necesitase ya nos lo pediría y así pasaron unos meses.

Busqué trabajo y conseguí una beca formativa por tres meses en el Ayuntamiento, era menos de lo que se ganaba de camarera pero serviría para mi curriculum y acepté gustosa. No obstante complementé con trabajos de hostelería los fines de semana y clases a dos alumnas durante todo el verano.

Y empecé a soñar con ir a Corea, si trabajaba muy duro tal vez podría escaparme 15 días en septiembre. Mi madre me apoyó, dijo que podría adelantar mi parte y que si me salía esa oportunidad debería aprovecharla. Por ese entonces ella estaba aprendiendo a ahorrar y le estaba yendo muy bien.

Sin alzar demasiado el vuelo y con los pies en la tierra me marqué unos objetivos pero... no los cumplí. Tenía el apoyo de mi madre en cuanto a que podía gastar el dinero y podría ir muy justa, sin embargó no rendí como debía en la carrera y no consideré que me lo había ganado.

Por ello pensé que debería trabajar duro durante el año para ganármelo.

Y así lo hice, trabajé y trabajé y seguí trabajando. Daba clases a 6 alumnos, trabajaba en Mestalla cuando habían partidos de fútbol y aceptaba cualquier otro trabajo temporal que surgiese. El tiempo pasó volando. No pude estudiar coreano todo lo que me hubiese gustado pero todo estaba marchando bien.

Sin embargo todo el dinero en mi cuenta no era todo mío... o ¿sí?.

Un día, de repente, nuestra madre nos dijo que no necesitaría nuestra ayuda y aunque a mi ya me lo había comentado nunca había hecho mucho caso y prefería guardarlo por si sucedía algo porque mis hermanos conforme ganaban gastaban.

Ahora, no sólo contaba con el dinero ahorrado para los otros viajes, sino que había ahorrado de más. Corea era una opción más que factible.

Y es que cuando las cosas van bien parece que llaman a la buena suerte y conseguí un trabajo temporal por dos meses relacionado con el coreano, ese fue el paso definitivo para decidirme a ir.

Ahora sólo hacía falta encontrar el tiempo...


Ya que tenía el dinero.